La ingeniería genética es el núcleo de la bioingeniería moderna. La ingeniería genética (o ingeniería genética, tecnología de recombinación de genes) consiste en cortar y combinar los genes de diferentes organismos in vitro, conectarlos con el ADN de vectores (plásmidos, fagos, virus) y luego transferirlos a microorganismos o células para su clonación, para que los genes transferidos puedan expresarse en células o microorganismos para producir las proteínas requeridas. Más del 60% de los logros de la biotecnología se concentran en la industria farmacéutica para desarrollar nuevos medicamentos característicos o mejorar la medicina tradicional, lo que ha llevado a cambios importantes en la industria farmacéutica y al rápido desarrollo de los productos biofarmacéuticos. La biofarmacéutica es el proceso de aplicar la tecnología de la bioingeniería al campo de la fabricación de medicamentos, el más importante de los cuales es la ingeniería genética. Es decir, cortar, insertar, conectar y recombinar el ADN utilizando tecnología de clonación y tecnología de cultivo de tejidos, para obtener productos biomédicos. Los medicamentos biológicos son preparaciones biológicamente activadas preparadas con microorganismos, parásitos, toxinas animales y tejidos biológicos como materiales de partida, utilizando procesos biológicos o tecnologías de separación y purificación, y utilizando tecnologías biológicas y analíticas para controlar la calidad de productos intermedios y productos terminados, incluidas vacunas, toxinas, toxoides, suero, hemoderivados, preparaciones inmunitarias, citocinas, antígenos Anticuerpos monoclonales y productos de ingeniería genética (productos de recombinación de ADN, reactivos de diagnóstico in vitro), etc. Los fármacos biológicos que se han desarrollado y han entrado en la etapa de aplicación clínica se pueden dividir en tres categorías según sus diferentes usos: medicamentos de ingeniería genética, vacunas biológicas y reactivos de diagnóstico biológico. Estos productos están jugando un papel cada vez más importante en el diagnóstico, la prevención, el control e incluso la erradicación de enfermedades infecciosas y la protección de la salud humana.